No se acaba la vida acá, aunque me sienta como alguien sin retorno, como si ya no existiera palabra que lograra curarme. ¿Sabes? Muchas veces desquite mi dolor en el sueño, y al día siguiente me levante con un dolor de cabeza insufrible. Dormí como única salida de la bienvenida a las lágrimas, me adelante a ellas y dije: no, ahora no, y dormí. No sé como se me cruzo la idea del despertar mágico, sin dolor, pero era la única manera para que no me derrumbara en ese momento. Quería dormir con la idea de un nuevo amanecer y un nuevo comienzo. Aprendí, en estos pocos días, que el amor no es tan simple como parece y que contiene muchos sentimientos detrás. Que no todo es verdadero y que tengo que aprender a descubrirlo por mi misma. Que existe la inocencia y que habita en mi vida mucho más de lo que pensaba. Aprendí a mirar mi alrededor desde otra perspectiva.
No es un caos, es normal, común y todo pasa... queramos o no, todo pasa, de alguna forma u otra siempre el dolor se va, y no te aseguro un día soleado, pero si despejado...sin tormentas ni malestares. Seré la persona más bipolar del mundo, con un humor raro y cambiante, pero hoy me siento tranquila, sin fantasmas a mis espaldas estresandome ni haciéndome sentir puntadas en la garganta con ganas de gritar. Finalmente, luego de otra gran tormenta, salió mi voz, alentándome a respirar y a poder dormir solo por falta de sueño y no como opción escapatoria.
No pido paz, cuando en la entrada anterior pedía un poco de reconocimiento y de amor fue solamente porque me sentía devastada por sentirme tan inferior. Solo eso. La paz no existe en este mundo, lo tengo bien en claro, pero soy yo quien puede decidir sobre la paz en mí.
Hace unos minutos, lloré, por impotencia, por tristeza y más que nada por amor. Es un tema aparte, nadie va a entender esto hasta que les suceda y digan ¿por qué?
Ahí voy a estar, para todos ellos cuando sientan el mundo encima y las lágrimas revolcar sus ojos. Voy a estar para animarlos y para alentarlos a más, para dedicarle las palabras que nunca nadie me dedico.
Vuelvo a abrir los ojos, encontrándome con algo nuevo, con sueño las 24 horas del día y con una pesadez enorme, con una hermana grande y con un amor increíblemente único, con una atmósfera gratificante y muchas lágrimas que llorar.
Es un mundo, uno solo, me quejaré pero es mi vida y no soy yo la que elije llorar o gritar, tampoco elijo el dolor. Es lo que me toco, y ni siquiera llegué a la mitad de mi vida. Soy joven y me duele hasta el pelo!!!!!!!!
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