Isabella, mi pasión y mi bienestar. ¿Dónde se supone que debo estar? Te jure tantas cosas, mi reina, te jure permanecer a tu lado por siempre y para siempre, te jure luchar contra viento y marea por vos, y mira como me encontras: más débil que nunca.
Y si lloro todas las noches mirando tus fotos son por el profundo amor que te llevo y porque todo esto no hace más que amargarme la vida, no por los demás, porque son todos una manga de forros, sino por vos, que sos tan pura e inocente y yo tan frágil y silenciosa que no sirvo más que para quererte, y no te tengo una respuesta, mi princesa, no tengo un por qué ni un cómo terminara, solo se que es lo que siento por vos y se el dolor impregnado en mi corazón justo en este momento.
Nadie, absolutamente nadie en este mundo entiende todo lo que te quiero y necesito, nadie, Isabella, y busqué millones de formas de hacerle entender a las personas que sos mi oxígeno y que gracias a tu pureza puedo levantarme con ánimo de vida todos los días, y ahora...ahora que pasa esto, que mi amor no puede luchar contra lo que es obvio, contra lo que es correcto, cuando mis promesas y juramentos hacia vos no hacen más que hacerme sentir patética, como una profunda mierda, y lloro, mi amor, lloro por vos, porque no hay nadie que me entienda y es lo que siempre quise encontrar de una sola persona, que me entienda. No lo logre, y por eso este dolor y estas lágrimas, porque pensé que después de tu nacimiento las cosas iban a dar un giro y que nada ni nadie ya podía lastimarme.
Lo supuse, una vez comente que tanto amor podía jugarme en contra, tanta protección, tan mía y tan de todos, es que...tanto sufrí, tanto que llore, ¿no me merezco un simple mimo que se hace llamar Isabella? entonces, ¿por qué me amargan este momento tan y tan especial para mi? ¿es que acaso les divierte?
Te amo tan verdadera y profundamente que hasta duele.
No hay comentarios:
Publicar un comentario