Terminé las clases. No más libros, no más falta de sueño...Gracias a Dios, tengo la suerte de no llevarme ninguna materia, y de tener el verano tan cálido y tranquilo que tanto deseaba desde mitad de año. Pensar que se acerca mi cumpleaños, que se termina el año, y lo continua uno nuevo. Se termina el dolor, empieza el siguiente. Nuevos desafíos, compañeros. Estoy angustiada, y no sé porque, estoy preocupada y nerviosa. Tengo ganas de llorar. Se va el 2010, el que tantas lágrimas me brindó, el año que remarque un poco más mi personalidad, y junto con eso, las consecuencias. Estoy asustada, recién ahora, estoy empezando a integrarme verdaderamente. Tantas cosas pasaron en el 2010. Buenas y malas obviamente, creo que en este periodo de 365 días crecí mucho más de lo esperado. Me vi en situaciones en lo que no sabía hacia donde correr, y a raíz de eso, pude definir mi personalidad, y un poco entrar a mi vida la madurez. Recién tengo 13 años (en 19 días, 14) y me falta mucho vivir. Pero, la verdad no sé si agradecerle al corriente año... Si bien me hizo 'crecer' me mostró la realidad, y como todas, duele, y a mi me dolió muchísimo ver lo que tenía a mi alrededor, ver a que me enfrentaba. Sigo dolida, sigo aceptándolo.
Extrañó a mi abuelo con todas mis fuerzas, y estoy muy arrepentida de mi misma.
Pensándolo bien, lo que no me dio el 2010, fue el espacio para llorar... ¿Dramático? pero es la verdad, ahora terminé con las preocupaciones, y tengo ganas de llorar. ¿Será que guardé mis dolores para fin de año? Capaz... No sé. En el dos mil diez tuve uno de mis primeros enfrentamientos con la vida, sea bueno malo, poco mucho...Es la vida, y es la que me toco vivir. A ponerle el pecho a todo, y a respirar... que todo pasa.
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