Llego la navidad que tanto temía. Fue rara, pero como a mi me gusta...Una navidad real. En el momento del brindis, mi corazón estaba aislado del momento y solo atine a decir: Feliz navidad, con la mejor sonrisa, aunque sabia que en el fondo, tenía ganas de llorar. Al estar mirando la noche despejada y la cantidad importante de estrellas junto con los cohetes que lograba divisar, caí en la cuenta que no estaba pasando una de mis mejores navidades. Mi abuela lamentándose por mi abuelo, yo... recordándolo, junto con otras cosas hicieron posible la caída de mis lagrimas, y yo más que nadie, se que cuando mis lagrimas hacen su presencia, no hay nada que las pare. En ese momento, solo una cosa... Pedí a Dios que hiciera participe a algunas alegrías, así por lo menos, tenía una sonrisa en el rostro, y luego de analizar todo este tema, como un cambio repentino, mi actitud fue totalmente diferente. Mi abuela es una persona grande, y se que si me caigo yo, también se cae ella, entonces recordé a mi abuelo como el gran hombre que fue en su vida, y como hizo de mi infancia la mejor. También le dije que él siempre iba a estar con nosotras, y que no le gustaría vernos llorar. Y con el pasar de los minutos, pude llegar a bailar, a comer dulces y toda la cosa de la navidad 'ideal'. ¿El tema de papa noel? La verdad, yo misma fui a preguntarle a mi mamá si en verdad existía, como la más inocente del mundo. Y no me afecto, en realidad no me acuerdo del momento, es como que ya lo venía esperando. Lo que si me acuerdo, era la emoción que sentía todas las navidades al esperar a papa Noel, no sé que se me pasaba por la cabeza, pero gritaba como si me estaban torturando al ver los regalos abajo del arbolito. Una cosa de locos, me encanta la magia y para mi eso, era mágico.
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