Hola, ayer fue navidad. O mejor dicho, todavía nos quedan cuarenta minutos de navidad, y la verdad es que sin quererlo fue una navidad triste, y más que felicidad, me daban ganas de llorar...muchas.
Éste año no hubo muchos colores, no hubo música, y tampoco hubo demasiada comida, básicamente fue una cena más, no me parece mal, sinceramente el significado de la navidad es muy relativo, y siempre es demasiado superficial. Pero de todas formas, ésta navidad fue triste.
El árbolito no tuvo muchos regalos, en sí, el arbolito no es grande, me comieron los mosquitos, tampoco había mucha gente en la calle, y nadie me dijo "te quiero", o sí, pero nadie que realmente lo sintiera.
Los regalos no tienen nada que ver, simplemente es la nostalgia de que exista gente que tenga la posibilidad de un árbol lleno, y otros que ni siquiera puedan tener el símbolo navideño en su casa, porque tal vez ni siquiera tengan casa.
Las luces no brillaban del todo, los cohetes no sonaban tan fuerte, la luna no se veía del todo, y los abrazos...tal vez demasiado débiles.
Mi hermana fue feliz, de eso no lo dudo, ella tuvo su porcentaje de alegría en su navidad, pero sé que no del todo. Quién sabe si fue el sueño, quién si fue una consecuencia de la situación, pero seguramente fue.
Isabella, hermana:
Isabella tu inocencia es la que me entristece, no sabes qué es lo que pasa, pero sin querer sentirlo, percibis todo, y lo haces excelente, y también sin quererlo, mi reina, tenes tus actitudes consecuentes.
Isabella tu media sonrisa es la que me pone triste, me gustaría que puedas abrazar a mucha gente, que pudieras abrir muchos regalos, que papá tenga mucha comida con la que retarte, me gustaría, reina.
Isabella, a veces el mundo es demasiado incomprensible, no entiendo mucho, no sé todavía con quién enojarme y si hacerlo con alguien, no sé a quien mirar mal, y a quién darle una palmada en la espalda. Si nadie me trata mal, ¿por qué hacerlo? ¿por qué tengo que ser abogada de dios y del diablo?
Isabella, verle los ojos triste y la mirada cansada a papá me partió el alma en dos, escucharle la voz quebrada pero sin querer demostrarlo, camuflado entre gritos y nervios y enojo, pero yo lo escuché.
Papá y mamá sufren, Isabella, seguramente lo sepas, porque vos inconscientemente también sufris. Una vez más me voy triste, cruzando los dedos de que duermas demasiado fuerte porque tal vez así no puedas escuchar peleas, porque papá y mamá sufren, e Isabella, ¿sabes que pasa? sufrimos todos.
Ayer mientras escuchaba a mamá, la miraba, caminar con las manos llenas de bolsas y en la espalda tu monopatin, me enojé mucho con papá, me enojé porque tal vez él no la miraba como yo, y no la escuchaba como yo, y porque tal vez, Isa, él no veía como yo la veía sufrir, y entre tanto murmullo, escuché a mamá ponerse triste, sin quebrarse, ya resignada, y me puse triste, pero sobre todo me enojé con papá.
¿Y sabes que pasó? Hoy lo vi a papá cansado y triste, hoy no lo escuché a papá reírse mucho. Papá perdió su alegría, lo sé. Pero tal vez seguía un poco enojada. Sin embargo, lo vi acostado en el sillón mientras todos estábamos disfrutando una tarde de pileta, con un simple ventilador de compañía, y me puse triste, una vez más, pero ésta vez con papá. Pero Isabella, ¿sabes que fue lo más me dolió? Ver a papá refregarse los ojos, cansado, enojado, triste, muy triste Isabella. Papá tiene tanto, y ahora quedó tan solo, no sé qué es lo que se merece, no sé que es lo que tendría que tener, seguramente tenga su culpa en todo ésto. Pero ver a papá triste, me puso más triste aún. Y ahora me muerdo la lengua para no llorar, porque estoy triste, porque mi familia cada vez está más dividida, porque nunca tuve algo muy especial Isabella, pero quisiera que tengas aunque sea un cuarto de lo que tuve yo. Y vos no lo tenes. Y por eso estoy tan triste.
Isabella no nos grites más, no le grites a mamá, no la mandes a mamá, no te fastidies, no tengas miedo, no llores, no digas que el amor no existe, mirame a mí, mirame Isabella, ¿llegarás a sentir lo que siento por vos? Mirame mimi, soy yo, tu hermana, y te amo como puedo. El amor sí existe Isi, existe y porque existe duele tanto, es algo que todavía no logré entender, pero cuando lo entienda prometo explicartelo.
Isabella ojalá todo se camufle en Papa Noel, ojalá pudieras tener una mesa llena de gente que te mime, ojalá pudieras tirar muchos cohetes sin que te de miedo, ojalá la abuela no llore, porque la madrina la hace llorar, ojalá la madrina crezca, ojalá mamá ceda, ojalá papá acepte, ojalá todos entendamos...
Nos quedan veinte minutos de navidad ahora. Feliz vida, mi amor, prometo que toda ésta tormenta no te va a afectar en nada, y si así lo hiciera voy a estar recogiendo cada pedacito tuyo para devolverlo a su lugar, porque ni vos ni nadie lo merece, no tenes porque ser una víctima.
Perdón por lo poco que hago. Ojalá pudiera amarte más fuerte.
Tu hermana.
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