miércoles, 26 de enero de 2011

Me sorprende la capacidad que tienen las cosas de en dos minutos irse al carajo. Si bien, somos nosotros que tiramos todo a la basura. También esta la fluidez o mejor dicho, el corto plazo que duran los buenos tiempos. Ahora, en este preciso momento, no tengo ganas de absolutamente NADA, ni de dormir, ojala pudiera quedarme toda la noche despierta, sin una gota de sueño...mi cuerpo no me lo permite. Gracias a mis ojos, puedo descargarme de otra manera. A través de las lágrimas.

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