Sí, la verdad es que lo hiciste, pero yo quise más, y ese fue mi error.
Sinceramente no puedo tener una postura firme en casos como éstos, algunos días es una, otros días es otra, sin embargo siento como una crece dentro, pero la niego, la niego todos los días porque te quiero.
Pero ayer eso no bastó, no alcancé con el amor y la demostración a poder tranquilizar tus impulsos, tus pulsaciones, saltaste igual.
Me quedaron miles de palabras por gritar y decir alto, pero solamente llegaron hasta la punta de los labios, no hubo impulso que las hiciera salir. Porque me dolió, me dolió tu última frase, me dolieron todas en realidad, con enojo, con tristeza y nervios, pero las dijiste, y me dolió. Quería abrazarte fuerte y que no te vayas nunca, no te iba a dejar saltar sólo, pero sin embargo, me abrazaste toda la noche...
Y simplemente eso fue lo que pasó, yo tenía miedo de no volverte a ver, de no volver a hablar con vos por mucho tiempo ¿cuánto es mucho? ¿cuánto tengo que esperar? si me abrazaste toda la noche.
No te quería dejar ir, quería que te quedaras conmigo, por miedo, y sin embargo, aún pegada a vos, abrazándote, lo dijiste, y no quedaba nada más que hacer, que llorar, había palabras de más en la conversación, no quería sumar. Pero sin embargo, me abrazaste toda la noche.
Y te abracé fuerte, te agarré fuerte, para que no te vayas, para tenerte al lado, para cuidarte, y vos me correspondías...sólo por la noche.
A la mañana no quisiste abrazarme, porque ya me habías abrazado toda la noche. El más importante era el abrazo de la mañana, mirarnos y poder decirte "no quiero que te pase nada", pero me abrazaste toda la noche, y yo no pude contra eso, lloré como siempre, pero lo sentí como nunca. Y lo siento.
Perdón por querer más, por querer que me abraces siempre y no toda la noche.
No te pude decir las tres cosas que quería, pero las voy a escribir, en algún lado las tengo que dejar.
No quiero que te pase nada.
Claro que me importas.
No quiero que te vayas.
Quedarán en mi memoria, porque vos...vos me abrazaste toda la noche.

domingo, 21 de febrero de 2016
lunes, 1 de febrero de 2016
Mère
Bueno, mi mère. No es de cobardes tener miedo, ¿sabes? muchas veces sentí el miedo recorrerme las venas, pero nunca verdaderamente necesario.
No sé mucho que es el miedo, mère, sé que es algo que está constantemente y que cuando llega, es muy difícil echarlo. Y ahora no quiero que lo eches, mère. Miralo de frente al miedo, y sonreile, porque ni el ni nadie te pueden detener, es cuestión de fortaleza, de tener voluntad, de aferrarse a la confianza y de mirar de frente todas las adversidades para saber a que nos enfrentamos.
No tengo muchas palabras mére, se me pone la piel de gallina, la brisa me enfría el cuerpo, y la oscuridad de a poquito se va llevando todos los destellos de luz que tengo. Pero quiero que brilles, querida, en la más temible oscuridad, que brilles fuerte y que grites alto. Acá estoy yo. Y si miras por el rabillo del ojo me podes ver a mí, sentada, esperandote, contando las estrellas y poniéndome off para los mosquitos. Así, tan segura y tranquila, me encontras. Pero con fe, con fe en tu tranquilidad, en tu camino y en el nuestro.
Te amo mère, en las noches y durante el día,viendote a los ojos, y sintiéndote la respiración. Te amo a los gritos y con mis silencios. Te amo con palabras, y caricias.
Tengo un nudo en la garganta que me ahoga, mére, necesito paz, necesito que todo vuelva a la normalidad, preocupándonos por cosas banales, necesito superficialidad en la cotidianidad, y te necesito de pie.
Y te necesito.
En vos confío, mi mère.
No sé mucho que es el miedo, mère, sé que es algo que está constantemente y que cuando llega, es muy difícil echarlo. Y ahora no quiero que lo eches, mère. Miralo de frente al miedo, y sonreile, porque ni el ni nadie te pueden detener, es cuestión de fortaleza, de tener voluntad, de aferrarse a la confianza y de mirar de frente todas las adversidades para saber a que nos enfrentamos.
No tengo muchas palabras mére, se me pone la piel de gallina, la brisa me enfría el cuerpo, y la oscuridad de a poquito se va llevando todos los destellos de luz que tengo. Pero quiero que brilles, querida, en la más temible oscuridad, que brilles fuerte y que grites alto. Acá estoy yo. Y si miras por el rabillo del ojo me podes ver a mí, sentada, esperandote, contando las estrellas y poniéndome off para los mosquitos. Así, tan segura y tranquila, me encontras. Pero con fe, con fe en tu tranquilidad, en tu camino y en el nuestro.
Te amo mère, en las noches y durante el día,viendote a los ojos, y sintiéndote la respiración. Te amo a los gritos y con mis silencios. Te amo con palabras, y caricias.
Tengo un nudo en la garganta que me ahoga, mére, necesito paz, necesito que todo vuelva a la normalidad, preocupándonos por cosas banales, necesito superficialidad en la cotidianidad, y te necesito de pie.
Y te necesito.
En vos confío, mi mère.
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