Y hoy estoy aquí, tumbado a sus pies, mirando como mueren aquellas cosas, en las que solía creer.
Jamás entendí como me enamoré, pero sin darme cuenta mi alma entregué, y aunque tarde lo supe ver, sabía que era aquel, a quien toda mujer alguna vez, deseaba conocer.
Ella era su gustito amargo, su perfume a cigarrillo, su sonrisa cómplice, y todo aquel brillo
que un día me cautivó, sin embargo también me arrebató, aquella independencia que tanto me costó,
para volverme una víctima más de su abrazos y ¡qué más! mi querido amigo, ya era tarde, no lo podía controlar, cuando no quise darme cuenta, ella a mi lado está.
Cómo no volverme a enamorar, y a su cantito alentar, si tan preciosa era que ni siquiera era de ella todo ese resplandor.
Señores les juro que mi canto no es triste, ella huyó ¡y viste!que podes hacer, cuando tan enamorado estás lo unico que queda es ceder.
Jamás entendí como me enamoré, pero sin darme cuenta mi alma entregué, y aunque tarde lo supe ver, sabía que era aquel, a quien toda mujer alguna vez, deseaba conocer.
Ella era su gustito amargo, su perfume a cigarrillo, su sonrisa cómplice, y todo aquel brillo
que un día me cautivó, sin embargo también me arrebató, aquella independencia que tanto me costó,
para volverme una víctima más de su abrazos y ¡qué más! mi querido amigo, ya era tarde, no lo podía controlar, cuando no quise darme cuenta, ella a mi lado está.
Cómo no volverme a enamorar, y a su cantito alentar, si tan preciosa era que ni siquiera era de ella todo ese resplandor.
Señores les juro que mi canto no es triste, ella huyó ¡y viste!que podes hacer, cuando tan enamorado estás lo unico que queda es ceder.
Nadie puede vivir sin amor, me gritó fito una noche en capital
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